Chile despertó este jueves con un nuevo recordatorio de su realidad geológica: un sismo de magnitud 4.1 sacudió la zona norte del país a las 5:45 de la madrugada, con epicentro a 22 kilómetros al noroeste de Carrizal Bajo. Aunque este movimiento telúrico no causó daños significativos, sirve como llamado de atención sobre la importancia de estar preparados ante la constante actividad sísmica que caracteriza al territorio nacional.
La actividad sísmica del jueves 5 de junio
El Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile reportó el temblor matutino con precisión: magnitud 4.1, localizado a 43 kilómetros de profundidad, con coordenadas exactas de latitud -27.95 y longitud -71.31. La zona afectada, cercana a Carrizal Bajo, experimentó el movimiento de manera moderada, sin reportes de víctimas ni daños estructurales hasta el momento.
Este evento sísmico forma parte de la actividad tectónica regular que experimenta Chile debido a su ubicación privilegiada —y a la vez desafiante— en el encuentro de las placas de Nazca y Sudamericana. La subducción constante de estas enormes masas terrestres genera decenas de movimientos diarios, la mayoría imperceptibles para la población.
Los expertos del centro sismológico mantienen un monitoreo permanente las 24 horas del día, proporcionando información actualizada a través de sus canales oficiales, especialmente su cuenta de Twitter @Sismos_CSN, donde los ciudadanos pueden consultar datos precisos sobre cada evento registrado.
Recomendaciones vitales: Cómo actuar ante un sismo
El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) ha elaborado un protocolo de actuación que todo ciudadano debe conocer y practicar. La preparación adecuada puede marcar la diferencia entre un susto pasajero y una tragedia.
Durante un sismo, la primera regla es mantener la calma y buscar inmediatamente un lugar de protección sísmica. Los expertos recomiendan ubicarse bajo elementos estructurales firmes como mesas robustas o marcos de puertas. Si esto no es posible, la alternativa es colocarse al lado de muebles sólidos que puedan crear un «triángulo de vida».
Es fundamental cortar los suministros de servicios básicos: electricidad, agua y gas. Estas medidas preventivas reducen significativamente el riesgo de incendios o fugas que podrían complicar la situación posterior al sismo.
Para quienes se encuentren en espacios abiertos, la recomendación es alejarse de edificios, postes y cables eléctricos. Los eventos masivos requieren especial atención: mantener la posición, proteger cabeza y cuello con los brazos, y seguir estrictamente las indicaciones del personal de seguridad del recinto.
Los conductores enfrentan desafíos particulares. Si el sismo sorprende mientras se transita por túneles, puentes o autopistas, la acción correcta es reducir gradualmente la velocidad y detenerse solo después de abandonar estas estructuras potencialmente peligrosas.
La cultura sísmica chilena, forjada por décadas de experiencia, debe mantenerse activa y actualizada. Cada temblor, sin importar su magnitud, representa una oportunidad para revisar protocolos familiares y verificar que todos los miembros del hogar conozcan las medidas de seguridad esenciales.