En un análisis que sacude los cimientos de nuestra comprensión sobre el futuro, el prestigioso académico Subhash Kak de la Universidad de Oklahoma presenta una visión alarmante sobre cómo la inteligencia artificial podría alterar dramáticamente la demografía mundial en las próximas décadas.
La IA y el Declive Poblacional: Una Realidad Emergente
Según el profesor Kak, la creciente automatización y el avance de la inteligencia artificial no solo transformarán el mercado laboral, sino que podrían desencadenar una crisis demográfica sin precedentes. En su reciente libro «The Age of Artificial Intelligence», el experto advierte que para el año 2300, la población mundial podría reducirse drásticamente hasta apenas 100 millones de habitantes.
El matemático señala que los ordenadores y robots, aunque nunca desarrollarán consciencia propia, «reemplazarán literalmente todo lo que hacemos». Esta transformación tecnológica, junto con la inestabilidad económica resultante, está llevando a las personas a postergar o descartar la idea de tener hijos.
El Fenómeno Ya Está en Marcha
Los datos actuales parecen respaldar estas predicciones. Europa ha registrado su tasa de fertilidad más baja del siglo en 2023, mientras que Japón ha alcanzado su número más bajo de nacimientos en 125 años. China experimenta una disminución poblacional por tercer año consecutivo, y Corea del Sur mantiene una de las tasas de natalidad más bajas del mundo.
Un Futuro Urbano Desolador
En su entrevista con The Sun, Kak presenta un escenario inquietante donde las grandes metrópolis como Nueva York o Londres podrían convertirse en ciudades fantasma. «El mundo entero estará devastado, y la mayoría de las personas no son conscientes de esta posibilidad», advierte el experto.
A diferencia de las narrativas distópicas tradicionales sobre una rebelión de las máquinas, Kak sugiere que el declive poblacional será resultado de un «repliegue voluntario» de la humanidad, impulsado por las transformaciones socioeconómicas que la IA provocará en nuestras sociedades.
El profesor concluye que, si bien la IA continuará aportando beneficios y reduciendo el esfuerzo en la vida cotidiana, también planteará desafíos éticos, legales y filosóficos únicos, marcando una época de alejamiento de la naturaleza y un posible colapso de las instituciones sociales y políticas tradicionales.