Un sorprendente vídeo submarino ha capturado una escena excepcional en las profundidades del océano frente a la costa de Chile. Científicos marinos han registrado a una madre calamar negra transportando sus huevos durante meses, arriesgando su vida para proteger su descendencia en un entorno tan hostil como desconocido. Esta conducta, poco común entre los cefalópodos, revela aspectos fascinantes sobre la biología y el comportamiento de una especie profunda aún por descubrir completamente.
Un cuidado maternal inusual en las profundidades marinas
En una expedición del Schmidt Ocean Institute, el robot submarino del centro logró captar imágenes inéditas de un calamar negro de ojos grandes (Gonatus onyx) nadando mientras mantiene firmemente un voluminoso racimo de huevos suspendidos de sus brazos. Esta especie destaca entre los cefalópodos porque, a diferencia de la mayoría de los calamares que depositan sus huevos en el fondo marino y luego los abandonan, la hembra de Gonatus onyx los lleva consigo durante meses.
Tal cuidado parental supone un acto de valentía, ya que la madre se vuelve mucho más vulnerable ante la acción de depredadores marinos, incluyendo mamíferos que bucean a grandes profundidades, debido a su menor agilidad durante el periodo de incubación. El instituto subrayó en su publicación en LinkedIn que esta etapa es crítica: “Una hembra de Gonatus onyx mantiene el racimo de hasta 3.000 huevos enganchado a sus tentáculos, bombeando agua constantemente para oxigenarlos” con el objetivo de asegurar la supervivencia de la siguiente generación.
El largo proceso de la incubación y el sacrificio de la madre
El tiempo de incubación estimado para esta especie puede oscilar entre seis y nueve meses, durante los cuales la hembra no se alimenta para proteger a su progenie. Este sacrificio tiene consecuencias fatales: tras la eclosión, el agotamiento es tal que la calamar llega cerca de la muerte. Además, el movimiento constante del agua que genera no solo suministra oxígeno, sino que también facilita que las crías recién nacidas puedan romper la membrana de sus huevos y comenzar a nadar por su cuenta.
Estos hallazgos enriquecen el conocimiento sobre la estrategia reproductiva de los calamares de aguas profundas, un ecosistema todavía poco explorado y con especies que mantienen comportamientos sorprendentes y excepcionales en el reino animal.