En un mundo donde la sostenibilidad y el regreso a lo natural están en auge, muchas plantas que nuestras abuelas cultivaban en sus jardines están volviendo a ganar protagonismo. Con la creciente tendencia hacia la jardinería urbana y el cultivo de plantas en casa, es un buen momento para recordar estas especies que, además de ser hermosas, ofrecen beneficios para la salud y el medio ambiente. ¿Cuáles son estas plantas que han resistido la prueba del tiempo y que hoy en día se redescubren con entusiasmo? Acompáñanos en este recorrido por las plantas nostálgicas que vuelven a estar de moda.
La lavanda: un clásico aromático
La lavanda es sin duda una de las plantas más queridas por generaciones. Con su aroma inconfundible y sus bellas flores moradas, esta planta no solo embellece el hogar, sino que también tiene propiedades relajantes. Tradicionalmente utilizada en sacos de aromaterapia, la lavanda se ha convertido en un ingrediente estrella en productos de cuidado personal, desde jabones hasta aceites esenciales. Cultivarla es sencillo, y su cuidado requiere de poco riego y mucho sol.
¿Sabías que la lavanda también puede atraer polinizadores como las abejas y las mariposas? Este aspecto la convierte en una opción ideal para quienes buscan fomentar la biodiversidad en sus jardines.
El romero: sabor y salud
El romero es otra planta que nuestras abuelas cultivaban con fervor. Este aromático no solo realza el sabor de nuestros platos, sino que también está lleno de beneficios para la salud, como propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Incorporar romero en la cocina es una forma deliciosa de disfrutar de sus cualidades, y tener una planta en casa es un plus para aquellos que aman la gastronomía.
Además, el romero es fácil de cuidar y se adapta bien a diferentes climas, lo que lo convierte en un favorito tanto para jardineros novatos como experimentados. Su presencia puede transformar cualquier espacio exterior en un rincón acogedor y fragante.
La menta: frescura en casa
La menta es otra planta que ha vuelto a ser popular en los últimos años. Con su frescura inigualable, es ideal para preparar infusiones, cocteles y, por supuesto, deliciosos postres. Antiguamente, las abuelas la cultivaban no solo por su uso culinario, sino también por sus propiedades digestivas.
Este cultivo puede ser un poco invasivo, pero con los cuidados adecuados, puedes disfrutar de su abundancia sin problemas. La menta se adapta bien a macetas, lo que la hace perfecta para quienes tienen espacios reducidos.
Las suculentas: el auge de lo minimalista
Las suculentas han tomado el mundo de la decoración por asalto. Aunque no son plantas que nuestras abuelas cultivaban en su mayoría, sí se pueden considerar un regreso a la simplicidad y la belleza natural que caracterizaba muchos de sus jardines. Fácil de cuidar y con una variedad impresionante de formas y colores, las suculentas representan un estilo de vida más consciente y minimalista.
Además, son perfectas para aquellos que a menudo olvidan regar sus plantas, ya que requieren muy poco mantenimiento. Su popularidad ha llevado a un resurgimiento en el interés por las plantas de interior, creando un ambiente más saludable y estéticamente agradable en nuestros hogares.
El orégano: un must en la despensa
Por último, el orégano es otra planta que no puede faltar en esta lista. Este aromático ha sido un pilar en la cocina mediterránea y se ha utilizado tradicionalmente por sus propiedades antimicrobianas y digestivas. Cultivar orégano en casa no solo proporciona un ingrediente fresco para tus platos, sino que también es un recordatorio de las tradiciones culinarias que han perdurado a lo largo de los años.
Su cultivo es sencillo y se puede hacer en macetas en interiores o en jardines exteriores. Además, su aroma puede ser una excelente manera de enriquecer el aire de tu hogar.
En resumen, las plantas que nuestras abuelas cultivaban están regresando con fuerza, no solo por su valor estético, sino por los múltiples beneficios que aportan a nuestras vidas. Volver a conectar con estas especies es una forma de honrar nuestras raíces y contribuir a un estilo de vida más sostenible y saludable. ¿Te animas a cultivar alguna de ellas en tu hogar?